Las cárceles en Colombia son máquinas de exterminio: Ángela Robledo

Ángela Robledo, cabeza de lista a la Cámara por Bogotá de la Alianza Verde, denunció que en las cárceles colombianas se violan permanentemente todos los derechos humanos de ciudadanos que ingresan al sistema penal sin ninguna esperanza de reconstruir su vida y resocializarse.

“Con una misión humanitaria de la Comisión de Paz de la Cámara, integrada por Gloria Inés Ramírez, Gloria Stella Díaz, Iván Cepeda y Hernando Hernández, recorrimos unas 14 cárceles en todo el país y a finales de 2012 entregamos al Gobierno Santos un informe sobre la precaria situación en que sobreviven miles de personas. A la fecha no conocemos avances al respecto”, dijo Angela Robledo.

Ángela Robledo dijo que entre las situaciones más lamentables descritas en el informe están:

Hacinamiento total en celdas, patios, corredores, baños.

En varias cárceles hay problemas de agua, solo la ponen tres veces al día y en algunos lugares tienen que trasladarla en vasijas para los baños y sanitarios.
En muchas cárceles solo hay un médico, con rotaciones de cada ocho horas para atender en algunos casos cerca de 7.500 internos.
Para garantizar «seguridad», los baños y sanitarios no tienen privacidad. Se toca hasta la última fibra de la intimidad.
 
Algunas edificaciones son «frigoríficos para animales». Lugares donde nunca entra el sol, en especial en las cárceles nuevas.
Pudimos conocer casos de presos con cáncer, úlceras, dermatitis agudas, problemas pulmonares que son tratados solo con «ibuprofeno».
 
Son varios los casos de personas con enfermedades mentales sin ninguna atención.
Existen mafias para acceder a derechos: visitas, salidas al médico, rebaja de penas por trabajo.
 
Centros de reclusión donde los presos solo ven a sus hijos y nietos 48 horas al año.
Mujeres que deben entregar sus niños recién nacidos al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, porque no tienen condiciones para cuidarlos durante sus primeros meses de vida.
 
Ángela Robledo concluyó que “las cárceles en Colombia son máquinas de exterminio, alimentadas por la indiferencia y el olvido del Estado donde mueren cada día muchos hombres y mujeres y la posibilidad de remedio es casi nula”.
 
PRENSA: 3202343806/ MARGARITA SARMIENTO

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