Intervención de la Representante Ángela Robledo en el Día de la Mujer

Tenemos un propósito común: hacer un reconocimiento a la contribución que las mujeres hacemos, desde las distintas posiciones que ocupamos, al cuidado de la Vida en todas sus expresiones y al cuidado del Medio Ambiente que la sustenta. Un evento de celebración de la Vida, de reconocimiento y valoración del aporte que las Mujeres hacemos al cuidado de la misma.

La urgencia de avanzar en el reconocimiento y en la promoción del goce efectivo de los derechos por parte de tantas y tantas mujeres que en Colombia y en el mundo vivimos la realidad de unas estructuras sociales, económicas, culturales y políticas que sustentan un modelo de sociedad y de Estado que privilegia los intereses de unos pocos, especialmente de aquellos que mediante relaciones de dominación ponen de manera constante en tela de juicio los principios de igualdad y libertad.

A esa suma de instituciones, formales e informales; a la ideología que las justifica y a las múltiples expresiones de tal discriminación en contra de los derechos de la mujer en los campos educativo, laboral, sexual, reproductivo y político, para mencionar solo algunos, es a lo que llamamosPatriarcado. Y por constituir una forma injustificada de discriminación, y por los costos tan grandes que impone a las mujeres que lo padecemos, pero también a la sociedad en su conjunto que por razón de las estructuras patriarcales no puede contar con el pleno desarrollo de las capacidades de la mitad de sus miembros, es por lo cual muchas y muchos nos declaramos en abierta y total rebeldía contra  tales estructuras.

Este evento tiene el propósito de constituir una declaración de nuestro compromiso de luchar, cada uno desde su propia posición en el mundo, por la construcción de unas relaciones igualitarias, solidarias y pacíficas entre hombres y mujeres; reconociendo y valorando las diferencias que existen entre nosotros, pero por sobre todo reconociendo también nuestra común naturaleza como miembros de la especie humana, al igual que los enormes retos que debemos enfrentar conjuntamente, uno de los cuales, es la de la preservación del Medio Ambiente que haga posible nuestra vida en el planeta.

 La propuesta es que trabajemos desde el eco-feminismo: Primera arista: para un partido político como el Partido Verde, cuyos  principios  hacen referencia a la condición sagrada de la vida, en todas sus expresiones, a la eliminación de cualquier forma de violencia, a  la equidad , al respeto por la diversidad y a  la dignidad de  unirnos a la celebración de un día como hoy, constituye una oportunidad para continuar fortaleciendo nuestra propuesta programática y para proponer acciones colectivas en torno a lo que significa la potencia de lo femenino en las relaciones con el medio ambiente.  

Segunda arista: uno de los clichés más conocidos: las feministas son unas locas, histéricas y  radicales. Cliché que esconde una fuerte discusión teórica y política sobre las tendencias actuales  del feminismo. Por un lado sabemos que en algunas de estas tendencias se percibe a los contradictores como enemigos,  la confrontación se hace desde prácticas bélicas, de desconocimiento del Otro y  sus banderas pueden terminar  reivindicando paradójicamente   aquello que  se  quiere poner en cuestión, el modelo antropocéntrico y masculino de dominación  Otras tendencias del feminismo,  son aquellas que se piensan más  como  movimiento social y  si bien ponen bajo sospecha el orden establecido de manera radical, perciben los  contradictores no como enemigos, sino como adversarios, con una existencia legítima en su lucha.  Un feminismo que reconoce su movimiento social y que se expresa a través de acciones colectivas  en clave de relación,  no será sólo una propuesta de afectación en la vida de las  mujeres, sino también y de qué manera la vida de  los hombres.

El feminismo como  movimiento social  quiere producir profundas transformaciones en lo social, lo cultural, lo económico, lo político, movimiento que inicia en la esfera privada, doméstica, en nuestras casas y que transita al espacio público del barrio, la plaza, el pueblo, la ciudad, para lograr mayor visibilidad en sus acciones y demandas. Movimiento radical sí, porque busca eliminar cualquier forma de violencia sobre las mujeres y sobre cualquier ser humano o expresión de vida en el planeta. Radical porque nada  justifica que nos violenten,  nada justifica que nos dominen y quieran utilizar nuestro cuerpo como territorio de sometimiento y agresión,  nada justifica que a igual trabajo recibamos menor reconocimiento económico y social,  nada justifica que  nos hagan aparecer como histéricas, conflictivas, intensas, porque exigimos que se reconozca  que el desarrollo en nuestro país, pasa especialmente por el desarrollo de cada una de las  mujeres colombianas.  

Radical sí porque muchas mujeres no queremos hombres que nos amen por ser bellas, frágiles, dependientes, sumisas. Ni queremos hombres “machos, machotes”, es decir rudos, arrojados, desafiantes, violentos, hechos para la guerra. Queremos hombres como  dice Juan Carlos Flórez, masculinos, más no machistas, fuertes  pero no violentos. Somos radicales sí, porque no queremos  privarnos de  la oportunidad de construir relaciones solidarias, complejas,  relaciones entre iguales en las cuales podamos desarrollar nuestra capacidad de cuidarnos, de cuidar al otro, de cuidar el planeta.

El ecofeminismo es la convergencia de la ecología y el feminismo. La ecología dice básicamente que no se pueden destruir los fundamentos ecológicos a través de los que sobrevivimos. Y el feminismo dice que no hemos nacido desiguales, que formamos parte de la misma especie. El ecofeminismo es realmente la filosofía de toda sociedad duradera. Y su reciente articulación ha venido de la mano de algunas de nosotras, que nos hemos dado cuenta que las estructuras modernas que se han ido creando son simples juegos con los que se divierten las personas que no tienen nada mejor que hacer.

Las personas que están ocupadas cuidando de un niño, de una madre enferma, de los pobres de la localidad, no se dedicarían a crear, por ejemplo, organismos desarrollados con ingeniería genética para tolerar mejores dosis de herbicida. Porque estas personas están protegiendo la vida y no les sirve decir: esta es mi propiedad, porque poseen las cosas a través de una relación de amor y de ternura, no a través de una relación de posesión.

Nuestro sueño queridas mujeres es cambiar el mundo, pero como lo dice María Jesús Izquierdo, sino al mundo al menos nuestras formas de estar en el mundo”.  

Un abrazo soreral, hoy 8 de marzo, a todas las mujeres colombianas!

 

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