Emociones y política

Algunos han definido los partidos como mecanismos propios del sistema democrático cuya función es la de articular intereses de los distintos sectores que buscan representar, traduciéndolos en un programa de gobierno por el cual votan los ciudadanos y ciudadanas y que, de recibir el respaldo mayoritario de éstos, se convierte en guía para la acción de quienes asumen la dirección del Estado en sus distintos niveles. 

No cabe duda que hay mucho de verdad en esta definición, pero creo también que ella se queda corta frente a lo que pueden y deben representar los partidos políticos y sus acciones, al menos en el contexto de un país como el nuestro cercado por tantos y tan graves problemas. Al hacer esta afirmación, me vienen a la mente el torrente de emociones que produjo en mí el documental titulado «La Ola Verde. Antana´s way» que fue emitido el pasado fin de semana y realizado bajo la dirección de Margarita Martínez, importante creadora de quien el país ya tenía noticia por su revelador y polémico trabajo de «La Sierra». 

El desfile de imágenes y sonidos que recoge el documental nos puso a todos quienes pudimos asistir al pre-estreno de la cinta, en contacto con una cascada de sentimientos que iban desde la alegría de haber sido testigos, y en alguna medida protagonistas, de una movilización ciudadana sin precedentes en la historia política de nuestro país, hasta la sensación de tristeza y de frustración que despiertan las escenas finales de lo que parece ser el naufragio de una esperanza de producir un cambio fundamental en la manera de hacer política en este país, cambio aún más trascendental por haber sido promovido por una vía pacífica y ampliamente participativa.

Al reconocer su derrota en las urnas, Antanas Mockus, formuló una pregunta que rondaba entre quienes habíamos puesto lo mejor de nosotr@s en traducir en respaldo electoral esa gran «Ola Verde» que con la participación en especial de los jóvenes, se llenó de multiplicidad y símbolos: ¿Y ahora qué? Y él mismo se respondió: ¡Ahora todo! Con esta invitación a la utopía como práctica y como guía de acción, los simpatizantes, congresistas y directivos del Partido Verde hemos trabajado, no sin dificultades, en el esfuerzo de fortalecer nuestro Partido en lo ideológico, en lo programático y en lo organizativo, en la esperanza de que el mismo se convierta en el vehículo que haga posible ir construyendo, desde lo local, lo municipal y departamental, ese cambio que la sociedad colombiana requiere con urgencia y que se resume en los principios tantas veces repetidos: La vida es sagrada; los recursos públicos son sagrados; con educación todo se puede y, claro está, el principio que marca el derrotero ético de nuestras acciones en todos los órdenes: No todo vale.

En estos momentos en que los ciudadanos y ciudadanas empezamos a conocer los nombres y las propuestas de ese abanico de candidatos y candidatas de entre quienes habremos de elegir en octubre a quienes habrán de representarnos en las corporaciones de elección popular, concejos y asambleas, y en los gobiernos de las entidades territoriales, alcaldías y gobernaciones, resulta urgente ratificar esos principios para que sirvan de guía en el proceso de otorgamiento de avales y de conformación de alianzas con otros movimientos y partidos políticos con los cuales aspiramos ampliar la presencia en nuestro país.

Además de los principios, consideramos que este proceso de conformación de alianzas electorales debe reconocer las dinámicas propias, las prioridades y las particularidades de cada uno de nuestros municipios y departamentos. Debemos ser también capaces de reconocer que en política los matices son importantes, y que dentro de los demás partidos existen personas y corrientes con los cuales resulta posible definir plataformas de acción conjunta. El proceso de conformación de tales alianzas debe hacerse de manera pública y con total transparencia. Los ciudadanos y ciudadanas deben comprender el porqué y el para qué de los acuerdos que deben tener como único propósito garantizar una mayor gobernabilidad en pro del bienestar de las comunidades. Bajo ninguna circunstancia podemos permitir que las urgencias electorales terminen por descarrilar el proceso de construcción del Partido Verde de ser una alternativa democrática y viable para Colombia. 

Columna de opinión para el periódico La Patria

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