Educación como un derecho, no como negocio

Acompaño a los miles de jóvenes que se movilizan en contra de la privatización de la educación superior al tiempo que llamo a que las protestas se hagan de manera pacífica y argumentada.

En un contundente debate sobre educación superior en Colombia, realizado por Ángela Robledo el 8 de junio de 2011, la Representante le pidió al gobierno del Presidente Santos retirar del proyecto de ley sobre reforma educativa la propuesta de Instituciones de Educación Superior con ánimo de lucro. 

Hemos venido exponiendo que la educación es el camino para lograr una Colombia justa, pacífica, respetuosa de la ley y los derechos, innovadora, productiva y próspera. Con educación y cultura derrotaremos la ilegalidad, la corrupción, la pobreza, la desigualdad, la informalidad, la destrucción del medio ambiente y los desequilibrios regionales.

La propuesta de Pedagogía Legislativa y Política, que engloba el conocimiento sobre los procesos políticos y los procedimientos para la adopción y puesta en ejecución de la Ley, tienen por fuerza que hacer parte de esa apuesta por la educación como motor de la transformación social.

Estamos convencidos de que las universidades son lugares para aprender; son un motor de desarrollo y paz, no un negocio, ni un privilegio, ni un lugar para el intercambio de mercancías.

Hago un llamado a la Ministra María Fernanda Ocampo, quien adoptó como lema que La educación es el camino para la prosperidad, para que incluya en sus políticas un análisis juicioso sobre la calidad de la educación, que revise  la brecha que existe en cobertura y calidad entre la educación pública y la privada, entre la educación  rural y urbana. Que nos cuente cómo va a prevenir la deserción del 30% que afecta especialmente a los jóvenes pobres entre los 14 y 18 años. Que opine sobre la ruta educativa para la mitad de bachilleres que no entran a la educación superior, que diga qué va a hacer con la mitad de los estudiantes que ingresan a la universidad pero no se gradúan.

Estamos de acuerdo en que la educación es el camino para la prosperidad, sin duda, pero no como un negocio, sino como un derecho.

Los recursos financieros de la educación y, en particular la educación superior, deberán ser fruto de un nuevo modelo de desarrollo que plantee la sociedad. El reto es cambiar el foco de nuestro desarrollo, pasar de la minería y la guerra a la educación, la inclusión y la innovación”.

Prensa: Margarita Sarmiento/ 3202343806

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