Iván Cepeda, hombre de paz

Iván Cepeda, hombre de paz

Desde el asesinato de su padre Manuel Cepeda Vargas, en 1994, el senador Iván Cepeda Castro ha dedicado su vida a la defensa de los derechos humanos y al propósito de la paz. En el 2005, fundó el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, ‘Movice’, coalición que agrupa a organizaciones de derechos humanos, y que tiene entre otros objetivos el acompañamiento a las víctimas, la exigencia del reconocimiento a la verdad, la recuperación de la memoria histórica, así como la contribución a la solución del conflicto social y armado en Colombia.

En el 2010, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano y a sus agentes por la responsabilidad directa en el crimen de Manuel Cepeda Vargas, perpetrado por paramilitares y miembros de las fuerzas militares, esta sentencia se convirtió en la primera condena internacional por el exterminio, en la década de los ochenta, de la Unión Patriótica. Fue en el recinto del Congreso de la República donde el Estado colombiano pidió perdón a los hijos del asesinado senador Manuel Cepeda, Iván y María. Se comprometió a no repetir jamás un genocidio político como el de la Unión Patriótica.

Conocí a Iván Cepeda Castro hace más de 10 años cuando era decana académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Javeriana de Bogotá y con un grupo de profesoras de la facultad preparamos el proyecto para crear la Cátedra Ignacio Martín -Baró, en homenaje a uno de los jesuitas asesinados en el campus de su Universidad en el Salvador y quien con sus investigaciones como psicólogo social hizo grandes aportes sobre los efectos psicosociales de la guerra como máquina devastadora de la memoria, la verdad, los vínculos y las relaciones entre las comunidades y los pueblos.

Con un grupo de personas que lo apoyaban en estos trabajos en la Fundación Manuel Cepeda, Iván se vinculó al proyecto y a la primera convocatoria de la Cátedra.  Posteriormente como co-presidentes de la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes con Joaquín Camelo del partido Liberal, con el hoy senador Iván Cepeda promovimos con el apoyo de PNUD y Fescol las mesas regionales por la paz, iniciativa a la cual se vinculó posteriormente el Senado de la República. Realizamos 22 mesas de trabajo que se convirtieron en el primer espacio de participación de la población civil de cara a la agenda de negociación de la mesa de La Habana. Estos aportes ciudadanos fueron sistematizados y enviados a través de los embajadores de los dos países garantes del proceso, a los negociadores del gobierno y de las Farc-ep.  

Iván Cepeda integra el colectivo ‘Colombianos y Colombianas por la Paz’, que ha adelantado acciones humanitarias para la liberación de personas que se encontraban en poder de la guerrilla de las Farc. De igual manera hace parte del Frente Amplio por la Paz, una convergencia de partidos, organizaciones sociales y políticas desde donde hacemos pedagogía sobre la paz en la Colombia profunda y hemos realizado una veeduría ciudadana al cese unilateral al fuego decretado por las Farc, a partir de diciembre del 2014, para contribuir desde los territorios con información veraz y oportuna.  La vida de Iván Cepeda Castro ha estado consagrada a la paz y a la defensa de los derechos humanos de millones de víctimas en Colombia. Es por ello que el pliego de cargos que en su contra ha formulado el Procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez, no solo es una batalla disciplinaria y jurídica, sino política. Se le acusa al senador Cepeda de presionar paramilitares para declarar en contra de Álvaro Uribe Vélez, testimonios a los cuales acudió cuando adelantó el debate de control político sobre seguridad democrática.

El Procurador sabe que atacar a Iván Cepeda Castro, es atacar el proceso de Paz en La Habana, proceso del cual el procurador Alejandro Ordóñez es uno de sus más enconados enemigos. No deja de producir suspicacias esta nueva actuación del Procurador, dado que el país sabe de su enorme cercanía con Álvaro Uribe Vélez, otro gran enemigo del proceso de paz. 

COLUMNA PARA EL PERIÓDICO LA PATRIA 

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